Opinión

La Transición y Adolfo Suarez (1ª Parte)

La Transición y Adolfo Suarez (1ª Parte)

“Había que elevar a la categoría de normal lo que, en la calle, era normal” decía Suárez.

La situación política española actual me ha provocado recordar a Adolfo Suárez González, a quién conocí desde 1969 siendo él Gobernador de Segovia.  El 31 de Marzo de 1989 escribí un artículo resumiendo los períodos en los que podíamos dividir nuestra transición democrática y el papel jugado en la misma por Suárez. Hacía yo entonces un extracto de los acontecimientos en los que él se vio envuelto. Hoy, después de años, quiero recordar algunos datos porque creo que tienen vigencia. En ocasiones se hacen afirmaciones, en política, que se alejan de la verdad o la distorsionan. Sigo pensando que para cambiar las estructuras socio-políticas se puede luchar de dos maneras distintas: una, desde dentro de las mismas estructuras, procurando cambiar desde la legalidad todo lo cambiable, y otra, desde fuera y en clandestinidad.

Entre los líderes que protagonizaron nuestro espectro político encontramos personajes que habían luchado por la democracia desde unas estructuras legalmente establecidas, aunque hijas de un régimen autoritario. Otros, habían combatido, desde fuera de esas mismas estructuras. Unos y otros pudieron tener sus méritos y sus sombras. Para los primeros, luchar desde dentro y transformar las estructuras en democráticas, fue su principal objetivo. Para los segundos, constituyó el marchamo de su trayectoria democrática el haber luchado para derrumbar el edificio autoritario. Incluso, para algunos, fue un orgullo haber padecido la experiencia de la cárcel.

Hubo quiénes le echaran en cara a Suárez haber sido Ministro del Movimiento en el primer Gobierno de la Monarquía. Pero precisamente el discurso en defensa del proyecto de Ley regulador del derecho de asociación política que pronunció Suárez en las Cortes Orgánicas, fue decisivo para definir el nuevo talante con que debía plantearse el camino político. Aquel discurso, acogido con entusiasmo por los procuradores más jóvenes, había calado también en la opinión pública. Con aquella Ley se abrió el primer resquicio para que los partidos políticos, que funcionaban en clandestinidad, pudieran más tarde ser reconocidos legalmente. Es justo que a Adolfo Suárez se le reconozca y valore por las trascendentales decisiones que tomó para realizar el cambio, de un régimen  autoritario, de muchos años, a un sistema democrático de libertades.

Enumero lo siguiente: Ley para la Reforma Política, legalización de los partidos políticos, las primeras elecciones libres, las Cortes Democráticas, los Pactos de la Moncloa, los Estatutos de Autonomía, la Constitución Española, el fin del aislamiento español con la presencia de España en los más importantes foros internacionales, el inicio de las negociaciones para el ingreso en la Comunidad Económica Europea, el restablecimiento de relaciones diplomáticas con los países del Este etc. Todo ello realizado con la firme voluntad de asegurar la convivencia pacífica entre los españoles, devolviendo la soberanía al pueblo y el protagonismo a la sociedad civil. “Había que elevar a la categoría de normal lo que, en la calle, era normal” decía Suárez.