Me encanta Colombia, en mis tiempos de Portavoz de Asuntos Iberoamericanos, me involucré modestamente, de la mano de nuestro Embajador español Yago Pico de Coaña que jugó un importante papel en el proceso de paz, que salió adelante aún cuando a los narcos no les interesaba que así fuera. Tuve distintos encuentros con la FARC, Jesuitas, líderes políticos y sociales... 

Tengo la esperanza que este Gobierno progresista implemente un modelo solidario de desarrollo, continúe los esfuerzos por la paz e impulse la reactivación de Latinoamérica, reactivación que se podrá potenciar aún más, si en octubre las urnas dan la victoria a Lula da Silva en Brasil.

Ojalá y vengan tiempos en los que se haga política para los más vulnerables, de respeto a los pueblos originarios y de cuidados a la madre tierra.

El presidente Petro no va a tener fácil aplicar una política medioambiental ambiciosa para una transición energética que saque a Colombia de la dependencia de los combustibles fósiles.