Si la vida es hermosa es doblemente hermosa cuando no se traiciona a sí mismo y cuando te comprometes en la lucha por un mundo mejor. Y pasan los años y te vas transformando en casi una pasa como yo, pero te miras al espejo y llegas a la conclusión que no traicionaste tu sueño, que tuviste el coraje de vivir como elegiste, que le diste una causa a tu vida y eso queridos amig@s te hace querer doblemente la vida.

Los humanos tenemos conciencia  y podemos en parte orientar el camino de nuestras vidas y nunca es tarde para hacerlo. No hay ningún hombre ni mujer fenomenal e insustituible, lo que hay son causas insustituibles  y son los organismos colectivos, las instituciones, los que razonan y piensan y construyen  disciplina y empeño colectivo para el cambio de la sociedad. 

Agrupémosno en torno a esos colectivos que son capaces de construir solidaridad, demos de lado a esos otros, egoístas, xenófobos, racistas, especuladores, que sólo tratan de chupar la sangre al que se ponga a tiro.

La voluntad humana  no lo puede todo, por eso hay que usar la inteligencia y la inteligencia que pueda medir la realidad y no confundir la realidad con los sueños que ideológicamente uno lleva.

Hay que andar soñando hacia arriba, pero con las piernas bien puesta en el suelo para no caernos. Siempre cimentando esfuerzos colectivos y amparándonos en la fuerza y en la corrección de proyectos incluyentes.