Opinión

La debilidad de Díaz

La debilidad de Díaz

Sale Yolanda Díaz de reunirse con Felipe VI en la ronda de consultas y dice ante los periodistas que Sumar está todavía lejos de un acuerdo con los socialistas, reprochando de paso al PSOE la falta de interés en sentarse formalmente con su teórico socio preferencial.

Y según la oigo, hago un ejercicio de contención para no estallar en una carcajada. Porque sospecho que efectivamente el PSOE no ha dedicado un solo segundo a hablar con Yolanda Díaz sobre un pacto de gobierno, pero básicamente porque está convencido de que la vicepresidenta y líder de Sumar aceptará lo que sea con tal de seguir en el poder. Más aún cuando Podemos la está esperando en la 'bajadita' para ajustar cuentas.

 La investidura de Sánchez no es fácil por la pluralidad de votos que hacen falta y por las exigencias de los independentistas catalanes. Pero es que sin Sumar no hay investidura posible del líder socialista. Esa es la única fuerza de Yolanda Díaz y los suyos, pero al mismo tiempo es su debilidad: si fracasa la investidura de Sánchez y nos encontramos con otras elecciones, hay muchas dudas de que esa confluencia de partidos repita un resultado que, comparado con Podemos, tampoco es que fuese brillante.

Díaz no puede arriesgarse a otras elecciones, sobre todo porque ese animal político que es Sánchez hará lo posible por crecer en votos por el flanco más a la izquierda, esto es, a base de debilitar a Sumar. Así las cosas, Díaz puede escenificar, como hizo este lunes, que se siente infravalorada y reclamar respeto para Sumar, pero a la hora de la verdad no le queda otra que dar su apoyo a Sánchez.

Quizás lo que esté pasando es que ahora Díaz empieza a darse cuenta del error que cometió al reunirse con Puigdemont. Entonces dio un rango de legalidad y de prioridad a un prófugo que solo controla media docena de 370 escaños y que abandera un independentismo que está de capa caída, como ya vimos en las elecciones de julio y como quedó de manifiesto con la escasa asistencia de manifestantes el domingo al acto en recuerdo del proceso soberanista de aquel 1 de octubre en que la autodeterminación catalana duró solo unos pocos segundos.

Y si al final Díaz y Sumar anuncian, como espera todo el mundo, que apoyan la investidura, habrá que ver la reacción de Podemos cuando se encuentre con que Irene Montero no es ministra de Igualdad y seguramente Ione Belarra tampoco repite en el Gobierno. Claro que Podemos tampoco está como para exigir demasiado: su balance es tan controvertido como pobre.

Patricio González