Opinión

Dos graves tropiezos

Dos graves tropiezos

El lunes pasado, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, anunció la composición del Consejo de Ministros. El martes los integrantes del gabinete juraron o prometieron el cargo ante Felipe VI y tomaron posesión de sus carteras. Apenas tres días después, el Gobierno se encontró con una crisis diplomática de gran calado por las declaraciones de Pedro Sánchez de apoyo al reconocimiento de un Estado Palestino y de rechazo a la ofensiva israelí contra Hamás en Gaza.

Ese mismo viernes, Sumar abría otro frente en el Partido Socialista y, por extensión, con el Gobierno al querellarse contra los magistrados del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que se manifestaron contra la amnistía a los implicados en el 'procés'.

Podría sorprender la rapidez con que el Gobierno y uno de los partidos que lo componen se meten en dos 'charcos' de tanto calado, pero por desgracia llueve sobre mojado: la anterior legislatura ya estuvo marcada por las diferencias de criterios entre los partidos sentados en el Consejo de Ministros, a lo que se unieron conflictos diplomáticos igualmente graves, como los abiertos con Marruecos en un primer momento y después con Argelia y el Frente Polisario.

En cuanto al grave desencuentro con Israel, conviene recordar que Sánchez acudió en calidad de presidente de turno de la Unión Europea, de manera que sus valoraciones debían haberse adecuado a la posición del conjunto de los Veintisiete. Y en cuanto al contexto, también debió tener presente el presidente que acababa de arrancar un alto el fuego, de manera que sobraba echar leña a la hoguera que vive la región.

Respecto a la querella de Sumar contra integrantes del CGPJ, es obligado preguntarse si estamos sencillamente en una coacción. No es, desde luego, la mejor manera de arrancar una legislatura en la que es preciso recuperar consensos y acabar con la interinidad de casi cinco años del CGPJ.