Opinión

Navidades con ómicron

Navidades con ómicron

Los grandes medios saben que la gente empieza a alarmarse con la nueva variante ómicron y tienen  que buscar lo que sea para hablar de lo que todavía se desconoce. En vez de decir “ De esto, todavía, no se sabe nada. Y mientras, mascarillas, prudencia y a pasarlo bien dentro de lo posible”.

Pero, claro, eso no vende por lo que empiezan a darse todo tipo de noticias en las que virólogos, falsos virólogos y hasta meteorólogos nos dicen cada uno una cosa diferente. Y ya el resto, lo ponemos nosotros mismos que engordamos los miedos y sacamos las conclusiones que creemos, porque cada uno lee y escucha lo que quiere, no lo que nos están indicando. Y eso se alimenta, además, con el miedo propio del ser humano que puede llegar hasta el punto de afirmarte cosas que uno, realmente, no ha dicho, aunque eso les da igual porque se trata de lo que ellos quieren creer.

Como decía, se sabe poco, todavía, de esta nueva cepa y del valor de nuestras propias vacunas con respecto a ella, aunque la tendencia aquí y en Europa es la de seguir vacunando, ahora, con la tercera dosis ( yo la tengo este viernes 3 ). Soy de los Astrazéneca y, ahora, me van a poner Pfizer. Y lo se porque ya me lo pone Clicsalud. Es decir que Astrazéneca ya ha pasado a la historia pero, de todas formas, estaré siempre con la ciencia. Soy, lo que se llama un científico social, ja, ja. Y, además, disciplinado, pero no sé si esta tercera dosis servirá o no para la cepa ÓMICRON o dentro de tres o cuatro meses tendré o, mejor dicho, tendremos que ir a una cuarta dosis ( rectificada y aumentada).

Esta cepa se expande muy rápido y llegará un momento en el que tendremos que convivir con el virus (mejor dicho, coexistir). Se trata de una especie de colaboración con la naturaleza a la que estamos condenados a aceptar por la dichosa globalización y el efecto mariposa( cuantas veces he utilizado este términos a lo largo de la pandemia: el vuelo de una mariposa en Sudáfrica provoca un terremoto en Occidente). Y es que el problema es global y seguimos tratándolo como un problema occidental.

El virus y sus diferentes cepas o variantes nos están enseñando nuestra verdadera cara marcada por el egoísmo y la indiferencia. Mientras, miles de dosis de Astrazéneca se caducan en los frigoríficos , no sólo de España, sino de toda Europa.