Opinión

Por quién doblas las campanas

Por quién doblas las campanas

El retrato magistral que Hemingway, como corresponsal de guerra, noveló de nuestra triste y cruel Guerra Civil española, tuvo como fuente de inspiración una obra metafísica y poética de 1624, del británico John Donne, titulada 'Devotions Upon Emergent Occasions' (que, burdamente, podríamos traducir como 'Rezos para situaciones de emergencia').

Con perplejidad, en España creo coincidir sentimos todos ahora rabia (excepto los palmeros y palmeras, léase 'aplaudidores', del sumiso servilismo y del cacareo más vergonzante) ante la infamia del abrazo al prófugo del maletero, y de la tropelía que pretende cometer Pedro Sánchez contra los principios básicos de nuestro Estado de derecho, social y democrático; contra la forma de gobierno acordada y aceptada por todos los españoles (monarquía parlamentaria) tras el lúgubre período de la dictadura franquista; contra los principios fundamentales de la separación de poderes; y contra la convivencia, respeto y bienestar de españoles y españolas.

Que dicho posible nuevo atropello a nuestra democracia, en forma de una muy probable e infame amnistía anticonstitucional al mayor y cobarde prófugo de la Justicia que ha conocido nuestro país en toda su historia reciente, Puigdemont, y a sus adláteres independentistas (muchos de ellos y de ellas, también sentenciados judicialmente), sólo tenga como finalidad el conseguir a toda costa y «buscando hasta debajo de las piedras» la presidencia de gobierno, lo termina por decir todo respecto al personaje en cuestión.

La desfachatez y la burla de Sánchez ante la sociedad española en general parece no tocar techo. En esta ocasión, si comparamos sus recientes declaraciones en Nueva York, en la sede de la Misión Permanente de España ante las Naciones Unidas, dónde con absoluto menosprecio a nuestro país y a nuestro Poder Judicial, declaraba que «he comentado siempre que una crisis política nunca tuvo que derivar en una acción judicial y en una judicialización de toda esta crisis».

Declaración que ha tenido contestación, en forma de maldita hemeroteca, hasta en la mismísima La Sexta, recordando dicha cadena la entrevista de Angels Barceló a Sánchez, en 2019, con Pedro proclamando: «Primero, que nadie está por encima de la ley. En segundo lugar, que Puigdemont y otros líderes independentistas huyeron durante los pasados años, y por tanto tienen que volver a España para rendir cuentas ante la justicia española. En tercer lugar, que el poder ejecutivo, lógicamente, lo que va a hacer es ayudar al poder judicial, es decir, a nuestro estado social y democrático de derecho, para que comparezcan ante la justicia española, y, efectivamente rindan cuentas ante ella».

También desempolvado televisivamente por el programa 'El Intermedio', de la Sexta, con Sánchez en el debate electoral de TVE de aquel mismo 2019, mirando fijamente a los telespectadores, con rictus soberano: «Y yo me comprometo hoy, aquí, a traerlo de vuelta a España, y que rinda cuentas ante la justicia española».

Como bien expresaba el poeta John Donne en su referida obra metafísica del siglo XVII, «nadie es una isla, completo en sí mismo. Cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la masa. Si el mar se lleva un terrón, toda Europa queda disminuida, tanto como si fuera un promontorio, o la casa señorial de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad. Y, por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti».

¿Estarán preparándose las campanas para doblar por España?