Opinión

La realidad, en peligro

La realidad, en peligro

Es muy preocupante que, actualmente, se esté dando la oportunidad de la fama a un grupo de personas cuyos únicos méritos se podrían anotar en un confeti y por una sola cara. Mirar las redes sociales y comprobar que el número de seguidores de locos, incultos, personas guapas con el cerebro de un mosquito y sujetos cuyo mayor mérito es comentar partidas de un videojuego, es casi abrumador y empieza a dar miedo.

He mirado en las redes sociales y los dos primeros de los llamados INFLUENCERS y resulta absolutamente desolador. Son un hombre y una mujer. Él se dedica a intentar cargarse el feminismo y la diversidad y la tolerancia. Se pone una máscara blanca, unas gafas de sol y comienza a largar como si fuera un gurú. Ya les voy adelantando y les aseguro que no es ni la sombra de un sabio; ni siquiera es alguien que tiene las cosas claras. Sin máscara, sin gafas y sin cámara que le enfoque, se trata de un tipo ramplón, de inteligencia plana e ideas de manual que están copiadas de cualquier página web.

Me deja atónito lo vulgar de sus ideas, lo gastadas que están las frases que pronuncia como si estuviera sentando cátedra. Si a este tipo le colocan delante un interlocutor que sepa defender una idea cualquiera se reduce a la mínima expresión. Si leyese un poquito, sólo un poquito...

Por otra parte, he visto otra de las llamadas influencers y es una jovencita que vende imagen y, viendo sus cuentas en redes sociales, podría parecer que puede cambiar de modelo cada cinco minutos. La utilización de filtros es tremenda y, la verdad, es que estos hacen su trabajo y el aspecto de la niña es tan agradable como engañoso.

La extrema delgadez de esta muchacha asusta, el despropósito en el que se está convirtiendo su vida de adolescente a cambio de unos euros y algo de popularidad es tremendo y el engaño que representa su imagen es terrible. De los estudios no hablamos. Nada de lo que se ve en la pantalla es cierto. Ya les digo yo que la fotografía se ha convertido en una herramienta de engaño masivo. El foto shop hace verdaderas barbaridades que cambian totalmente las caras reales de esto/as influencers.

Entre uno que dice cosas sin la más mínima profundidad y la otra que enseña un mundo falso hasta más no poder, me hacen pensar que esto de las redes sociales se ha convertido en una auténtica trampa despiadada para millones de jóvenes que quieren ser lo que ven sin saber que eso, sencillamente, no existe, que es totalmente falso.. Y eso puede acabar en depresiones, en confusiones colosales que provoquen desastres personales irreparables o en, algunas ocasiones, incluso suicidios. Sí, la frustración en su máxima expresión puede llevar a tomar decisiones que dan miedo.

Cuidemos de nuestros jóvenes. ¿Cómo? Mostrándoles el mundo tal y como es, ofreciendo herramientas que les hagan disfrutar de la realidad, haciendo que amen lo que son y no lo que podrían ser... en un cuento de hadas. Es tan sencillo como contemplar el entorno sin una cámara de móvil.