Friedrich Nietzsche, que en el infierno esté, fue un hombre que pasó una vida atormentada por motivos de salud y por la marginalidad en la que intentaron hundirle bastantes de sus colegas filósofos, sin lograrlo, escribió un poema sobre la vida, sobre la existencia. Y lo titulaba : te amo, vida enigmática.

Así valoraba Nietzsche la vida, como un enigma. Ahora yo les invito a todos, a jóvenes, mayores y público en general, a que amen la vida y la mejoren. Y a sus parejas, amigos y familiares, a que les ayuden a hacerlo.

Escribo todo lo anterior porque he estado estos días en contacto con un conocido que ha recibido la terrible visita de los señores Parkinson y Alzheimer.

Y han llegado juntos los caraduras, y aunque aún no se han sentado del todo en el borde de la cama de la habitación de su residencia, ambos señores conforman una visita que llega sin anunciarse y no hay quien la ponga de patitas en la calle.

Y lo escribo todo esto también porque alguien me ha remitido, me ha enviado a través de WhatsApp un vídeo actual de El Consorcio (antiguo Mocedades) con la canción Desde que tú te has ido . Son casi las mismas voces de siempre , pero con la crueldad del paso del tiempo en sus componentes, especialmente en su cantante solista.

Y entonces me he dicho, en lugar de afectarme tanto, como es habitual, en esta ocasión me voy a tragar mi ahogo , mi agobio. Y voy a respirar a fondo el aire limpio que aún me queda y voy a animar a todos a respirarlo. Miremos siempre adelante, nada de atrás, que en estatua de sal se convirtió Edith por mirar atrás y querer ver el detritus en que se habían convertido Sodoma y Gomorra. Cuídense.