Cultura

Los Fósiles sacan brillo a las mejores joyas del rock ochentero en la sala Riviera

Los Fósiles sacan brillo a las mejores joyas del rock ochentero en la sala Riviera

La Sala Riviera volvió a dedicar una noche a rememorar aquellos maravillosos años 80, esta vez con el rock patrio como protagonista. Y si en los alrededores hay un grupo que domina esa época a la perfección, musicalmente hablando, estos son ‘Los Fósiles’.

Después de lidiar con algunos problemas de sonido al inicio, que quedaron solventados sobre la marcha, la banda hizo un repaso por temas que marcaron aquella ‘edad de oro’, a los que imprimen su particular sello sin que pierdan un ápice de su esencia. Canciones conocidas sobradamente por el respetable, que no dudó en corear la práctica totalidad del repertorio que ‘Los Fósiles’ había seleccionado para esta noche en la que por primera vez visitaban la recientemente abierta sala ubicada en la Prolongación de la Avenida Virgen del Carmen, cerca de la Rotonda del Milenio.

Además de darle su impronta, ‘Los Fósiles’ dan un paso más que los diferencia de las cada vez más bandas que se están especializando en la música de esta época: en su repertorio temas de sobra conocidos de Los Ronaldos (incluyendo alguna canción de las que hoy se podrían calificar como “políticamente incorrectas” como ‘Sí, sí’), Loquillo y su icónico ‘Ritmo del garaje’, o Radio Futura y su ‘Enamorado de la moda juvenil’. Pero donde verdaderamente aciertan estos ciencuentones del rock es cuando se sacan de la manga joyas que los hacen especiales como por ejemplo ocurre cuando Miguel Núñez, vocalista, cede el micrófono a Jesús Mescua (guitarra y coros) para que este cante ‘Todos los negritos tienen hambre y frío’, de ‘Glutamato Ye-yé’, canción que dormía en nuestro subconsciente hasta que salió de ese letargo despertada por la banda y cuyo estribillo fue jaleado por el centenar largo de personas que no se quisieron perder el concierto. 

Un repertorio en el que si bien no están todas las canciones que son, sí son todas las que están. Cabe destacar también el bloque en el que comienzan con ‘Me quiero morir’, de ‘La Orquesta Mondragón’ que acortan para, enlazando acortes, hacer una llamada al público femenino para dedicarles una canción. Después de mantener la incógnita mientras suenas las primeras notas, ellas se vienen arriba coreando ‘Las chicas son guerreras’, que hicieron conocidos a ‘Coz’. Ellos también recibieron una dedicatoria especial personificada en ese “tipo del espejo que me mira con cara de conejo” al que cantaron ‘Los Ilegales’ en su ‘Soy un macarra”.

Aunque no es raro que ocurra, también hubo sorpresa en este bolo de ‘Los Fósiles’ ya que a Enrique Gandolfo (guitara y coros),  Dani Borrero (bajo), Juanma Rodríguez (batería y coros) y Ramón Mescua (teclados, pandereta y animación a raudales), los antes mencionados Miguel Núñez y Jesús Mescua, se sumó en esta ocasión el saxofonista Enrique Jaén, que dejó pruebas de su genialidad en los cuatro temas en los que colaboró: ‘Lobo hombre en París’ (La Unión), ‘Mescalina’ (Los Rebeldes), ‘El ritmo del garaje’ (Loquillo) y ‘¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?’ (Burning).

Como en cada concierto, también se produjo la dedicatoria a algún asistente de entre el público, que durante unos minutos se convierte, señalado por la banda, en ‘Judas el miserable’ de ‘La Frontera’.

En definitiva, una noche divertida para disfrutar del buen hacer de estos chicos que volverán a estar en directo el próximo sábado día 25 en el Café Central. Si me permiten un consejo, no se los pierdan.