Este es el secreto para asegurar un buen descanso, y no solo para eso, sino que también para reducir los dolores del cuerpo, generar una rutina de sueño o acabar con el estrés.

Si no se dispone de un buen colchón, comienzan los desvelos, el sentirse constantemente cansado y adormilado durante el día, incapacitado para concentrarse e, incluso, no descansar puede influir a la hora de tomar decisiones y en el estado de ánimo. Este problema afecta a la salud y, cuando se detecta, se debe plantear si el colchón que se utiliza es el adecuado o puede ser el causante de la alteración del sueño.

¿Qué colchón elegir?

Dormir bien es esencial, por lo que, si te planteas cambiar tu colchón, debes tener en cuenta varios aspectos. No debe ser ni muy duro ni muy blando, sino que debe acomodarse a tu cuerpo a la perfección asegurándote el máximo confort. Has de tener en cuenta de qué material está fabricada la parte externa, si es suave, antialérgica, no produce roces y es transpirable.

Los colchones de espuma son ideales para las personas que padecen de dolores articulares o musculares y para aquellos que tienen estrés. Son suaves y dan una sensación de descanso completo.

Los colchones de viscoelástica son los más modernos ya que son los que incorporan la última tecnología. Este material tiene “memoria”, se adapta fácilmente al cuerpo y reduce la presión en las áreas que entran en contacto con ella mejorando la circulación sanguínea.

Los colchones de muelles son ideales para mantener la frescura en los climas cálidos. Los muelles distribuyen bien el peso y permiten una gran circulación del aire. Este colchón es idóneo para las personas robustas o personas que duermen boca arriba o boca abajo.

Los colchones de látex son muy elásticos y también facilitan el paso de aire. Son suaves, proporcionan un gran descanso y tienen una larga vida. Son hipoalergénicos y antiácaros.

Tips para dormir mejor

Además de escoger el colchón adecuado, asegúrate de que la habitación en la que duermes es cómoda y silenciosa, y que no hace ni demasiado calor ni frío. Que no haya ruidos o luces es un detalle importante para conciliar el sueño, por lo que, la estancia debe encontrarse bien insonorizada.

Utiliza el colchón solo para dormir, no introduzcas en la habitación rutinas como ver la televisión, trabajar o comer, ya que pueden ser la distracciones principales para conseguir el objetivo de conciliar el sueño.

El estrés es uno de los grandes amigos del insomnio, por ello, reducir la ansiedad o los problemas que lo provocan, te ayudará en gran parte. Consigue en el dormitorio un ambiente relajante. Encuentra tu noche perfecta con una decoración con colores suaves y minimalista, sin espacios muy recargados que crean estrés. Ducharse o leer antes de dormir ayuda a relajarse y a conciliar el sueño.

La rutina es clave para el cuerpo. Acostúmbralo a acostarse y a levantarse siempre a la misma hora. La siesta dificulta encontrar fácilmente el sueño por la noche ya que el cuerpo no se encontrará tan cansado.