El órdago que ha lanzado es el de que “Ucrania es un régimen nazi que discrimina a los rusoparlantes, que están sufriendo un genocidio. Nos esforzaremos por desmilitarizar y desnazificar Ucrania”. Esas han sido las palabras del tirano con ansias imperialistas.

Esta gravísima partida de ajedrez que Putin está jugando  es para el dominio global con la alianza de China, y así comerle el terreno a los Estados Unidos. Y de camino ver también hasta que punto Estados Unidos y Europa están dispuestos a transigir que se salga con la suya para no tener males mayores.

Por desgracia, la guerra ha comenzado y o se obliga el Presidente Zelenski a entrar al trapo del enfrentamiento militar  directo para defender su país o bien pierde  definitivamente las regiones del Donbás para no meter al resto de la población ucraniana en una contienda que puede ser terrible.

Todo el petróleo y todo el gas que vamos a dejarle de comprar todos los países de la OTAN es el que le va a adquirir China y a cambio le permite a Putin que le salgan las cuentas de todos los gastos de su despliegue militar en Ucrania.

Un detalle para no olvidar es que Rusia ha esperado a que acaben los Juegos Olímpicos de Invierno en China porque se lo pidió el propio Presidente chino para no ensangrentar sus fuegos artificiales deportivos retransmitidos a todo el mundo. A ver que dice la UEFA cuando caiga en la cuenta que el Zenit de San Petersburgo  juega en Sevilla. ¿Van a ser expulsados de inmediato los clubes y selecciones en las competiciones internacionales?

La guerra es la peor de las pandemias humanas. La mayor parte del mundo tiene la respiración entrecortada esperando que Putin no provoque una catástrofe  que sería mucho más mortal que el coronavirus.