No quiero que nadie piense que hago apología de la pobreza. Pero no hay que confundir que para ser felíz haga falta tener una torre de plata, explotar a medio mundo y chupar la sangre a los otros.
Cada vez más, hay quienes utilizan las falsedades para atacar el buen nombre de algunas personas, con el deseo de neutralizarlas y el objetivo de desprestigiarlas.
Recuerdo que Felipe González, magistral, como siempre, dijo: "tenemos que quitarnos, todos, la navaja de la boca, para poder hablar, porque si no, sólo se oirá el silbido de la navaja".
El 28 de febrero es la fecha más importante de la Historia Moderna de Andalucía. Este día supuso un importante triunfo del pueblo andaluz. De lo que ocurrió en la campaña de aquel referéndum se podría escribir más de un libro.
Deseo dejar claro que la última intervención de despedida de Pablo Casado en el Congreso de los Diputados, ha sido de mi agrado. Lo ha hecho elegantemente. Pensé algo parecido en su intervención cuando la moción de censura de Abascal.
Conocida es, por todos, la añeja frase de Larra que rezaba: "Escribir en España es llorar". Escribir en España también ha sido morir. Dramaturgos, novelistas y poetas han arrastrado una rancia leyenda de marginación, de destierro y de castigo.
Qué pena que no haya muchos líderes como el que anoche (viernes 18 de febrero) aceptó el compromiso que le hice para participar en los Encuentros de la UCA en su campus del C. de Gibraltar y que de forma magistral, el profesor Jesús Verdú mantuvo interesantísimo diálogo con él, extrayéndole lo mejor de su sabiduría y vivencias.
Sobra crispación y provocaciones. Falta sentido de Estado. Es una pena no poder esperar nada positivo de los líderes de PP y de VOX. Sólo utilizan la retórica más baja de la política: la descalificación, el insulto, el intento de destruir al adversario.
Max Weber hace algo más de 100 años, dio una conferencia en Múnich a estudiantes, que se convirtió en referencia del pensamiento alemán sobre democracia y constitucionalismo y en uno de los fundamentos de la teoría política del mundo anglosajón.
Quizás me deba disculpar con muchos de vosotros, queridos amigos. Reconozco que soy muy obstinado en mis ataques a la derecha y más aún a la ultraderecha.
En todos los órdenes de la vida, en el trabajo, en la casa, en la política... el respeto es esencial. Pocas cosas definen mejor la Justicia que el respeto a los derechos humanos. Educar a niños y jóvenes en el respeto, es clave para asegurar una visión progresista y preocupada por el bien común.
Creo que es bueno tener un espíritu crítico con la política, pero en su justa medida, sin pasarnos y sin hacernos demasiadas ilusiones. Mucho depende de nosotros mismos.
Tras una manifestación de protesta contra limitaciones a granjas en Lorca, algunos violentos asaltaron hace unos días el Pleno del Ayuntamiento de esa Ciudad y agredieron a Policías.